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Pincho Casanova conversa con el arquitecto Pedro Livni delante del espacio "Ocho y medio", ubicado en lo que fuera el garage de una antigua casona en el Parque Rodó de Montevideo.
Pedro relata que, como arquitecto, trabajó para el proyecto del restaurante que funciona en la vieja construcción. El espacio del garaje no presentaba mayor utilidad, por sus dimensiones y por no estar comunicado con la casa; él, por su parte, tenía "el viejo sueño de tener una galería de arte". Acordó entonces una cesión del espacio, como una "galería en miniatura" acondicionada según la idea del "cubo blanco", con la particularidad de que la fachada es vidriada, lo que permite que se aprecie el interior todos los días, a toda hora, sin que sea necesario entrar. El cubo interacciona con la vía pública, el material es visto por los peatones, y todos están en la misma relación con ese espacio; no hay invitaciones o visitas especiales.
La obra expuesta actualmente es "Macizo", del arquitecto y artista chileno Iván Bravo, que también es entrevistado por Pincho. Iván relata que junto a su colega Martín Rojas fundó Baro, una práctica multidisciplinaria en la que alternan el trabajo arquitectónico y artístico, y fue invitado por Pedro Livni a realizar una obra "sitio específica" en Ocho y medio. La obra consiste en una copia a tamaño real de la base de una columna de un edificio neoclásico chileno, ex sede del Congreso Nacional. El volumen, cubierto por un frágil papel de aluminio, ocupa casi todo el espacio en el "cubo blanco", y nos plantea el tema de la escala en la arquitectura: lo que se percibe como un tamaño corriente en el conjunto del edificio original, pasa a verse como un coloso en Ocho y medio. El título "Macizo" es irónico y hace referencia a que, así como al acercarse a esta obra se perciben las arrugas y roturas del papel, existe un deterioro o desmembramiento en las estructuras institucionales (a las que remite el edificio original en Santiago).
Consultado por Pincho acerca de la ausencia de firma, Iván dice que tiene que ver con el mencionado desmembramiento y el carácter efímero de la obra. En un acercamiento a la superficie, vemos aspectos relacionados con los mismos conceptos: se aprecia el papel quebrado y arrugado, también se ven las marcas que indican el ensamblado del –precisamente– "desmembrado" volumen, que fue trasladado en pequeñas partes.
En el final de este programa visitamos el Museo de Arte Precolombino e Indígena MAPI. El 11 de diciembre de 2024 el museo recibió en forma permanente parte de la colección de máscaras etnográficas latinoamericanas de Claudio Rama.
Facundo de Almeida, director del MAPI, nos habla de la colección, que Rama viene reuniendo desde hace unos 30 años, y que desde aproximadamente diez el museo gestiona. Ya habían sido presentadas piezas de la colección en forma temporaria, y ahora se inaugura esta muestra permanente con unas 400 máscaras.
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Hoy en El Monitor repasamos tramos de algunos de los programas emitidos durante el año 2024.
Adela Casacuberta y su obra en el MNAV; Eduardo Laureiro en Galería 310. La presentación del catálogo de la Colección Mariano Arana por Rafael Lorente en el Museo Gurvich. Las charlas con Gustavo Tabares en el MAPI y con Ricardo Lanzarini en el Subte Municipal. Dos videollamadas con Martha Kohen desde la Art Basel Miami 2024: la primera, acerca de la obra de Linda Kohen expuesta en ese evento por galería Sur; la segunda, con Guillermo García Cruz, que también participa con su obra en la Art Basel. Finalmente, la presentación del libro "Octavio Podestá. Tras la forma" de Gabriel Peluffo Linari en el Centro Cultural Terminal Goes, con la presencia del autor, del artista y de Walter Tournier.
Al igual que todos los programas, estos que hoy revisitamos están publicados en forma completa en el archivo elmonitorplastico.com.

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¿Representaciones de paisajes? ¿Imágenes introspectivas? En el límite entre la abstracción y la figuración, Juan Manuel Rodríguez explora las posibilidades de la acuarela, transgrede la técnica establecida, permite que el color se expanda en el agua, libera a la obra del control de la mano.
El artista nacido en San José nos recibe en el proyecto/espacio expositivo independiente Obrador, de Nicolás Infanzón, para conversar sobre su muestra "Diáspora en Phõs", curada por Carolina Muniz.
Es precisamente la curadora quien destaca la audacia de Manuel, que después de tener una marca reconocida en forma y contenido, con gran dominio de una técnica (el óleo), se atrevió a explorar otra (la acuarela) y un nuevo universo, que es el que se expone en esta sala.
Manuel relata que ese cambio de técnica estuvo en parte determinado por la pandemia, que lo encontró en Australia, donde quedó confinado nueve meses. En ese tiempo, condicionado por su estancia en hoteles, debió recurrir a una técnica que manejara materiales y herramientas pequeñas y fácilmente transportables. Fue así que entró en lo que llama "el mundillo de la acuarela".
Debió transitar varios caminos antes de encontrar su lenguaje en esa técnica nueva. Comenzó con los mismos procedimientos que usaba para el óleo, con control de la expresión y del trazo, lo que no lo conformaba. Fue a partir de una serie de fotografías propias –un "arco iris" generado por la incidencia de la luz en una piscina– que su trabajo tomó otro rumbo; comenzó a trabajar con suaves transiciones de color sobre el papel. En ese tiempo visitó el desierto australiano; lo impresionaron los lechos de ríos secos, que fotografió desde el avión. Esa nueva serie de fotos fue determinante: comenzó una práctica diferente de la acuarela, liberándola de su control, simplemente dejando el rastro del agua sobre el papel. Hasta hoy ese es uno de los rasgos esenciales de su trabajo: que no se revele el gesto de la mano, evitar la huella del artista.
El artista puntualiza que, más allá del disparador que fue conocer el desierto, su obra no es una representación lineal de ese ni de otro paisaje, sino que es una creación introspectiva.
Después de su retorno a Uruguay, Juan Manuel volvió a viajar. Completó un Master de Pintura en Bilbao –donde realizó la mayor parte de la obra de esta muestra–; también hizo residencias artísticas en Filipinas y en China.
Manuel no persigue la destreza técnica ni cumplir con las normas de la acuarela "correcta". Muestra, en uno de los cuadros, el agua particularmente saturada de pigmento. Lo que sería considerado error o impericia en la técnica profesional, es aceptado por él como un recurso expresivo.
Compara las vivencias propias en el trabajo con el óleo y con la acuarela; los últimos son procesos mucho más breves, inmediatos, que disfruta más, más liberados de dudas y obsesiones.
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Dos entrevistas en dos espacios expositivos, Micaela Perera que presenta junto a Josè Pelayo Serendipia en el Museo Torres García y Margaret Whyte en el Museo Nacional de Artes Visuales (mnav) con la instalaciòn Tiempo de escuchar.
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